Por qué los consumidores que compran moda online se comportan de igual manera que en las físicas

By in Experiencia de cliente

La moda online es el sector que más volumen de productos vende en el eCommerce. Son datos del nuevo Whitepaper elaborado por la plataforma de comercio conversacional iAdvize, titulado “El engagement con el cliente online”, en el que se detallan los retos a los que la industria de la moda tiene que hacer frente para optimizar sus ventas online: la omnicanalidad, el social selling, el Big Data, la ubicuidad, la estacionalidad y el comercio colaborativo. Además, es uno de los sectores con más dificultades en lo que respecta a innovación, móvil e influencers.

Según el libro blanco de iAdvize, los consumidores que compran moda tienen unas características que los diferencian de los demás compradores online, ya que se comportan de igual manera en las tiendas digitales que en las físicas, es decir, van de compras a mirar ropa antes de comprarla. El visitante medio consulta la página de producto de 3 a 4 veces antes de su adquisición. ¿Y cómo pueden los ecommerce competir con la sensación de tocar y probarse la ropa que ofrecen los comercios tradicionales?

[bctt tweet=»La moda rápida, impulsada por Zara, se ha convertido en parte esencial de la experiencia de cliente en la industria» username=»micliente»]

Además de editoriales, vídeos y tutoriales, las marcas están empezando a aprovechar el poder creciente que tienen actualmente los influencers online, como las It-girls, a las que las empresas pagan para que publiquen sus productos en Instagram, donde tienen miles de seguidores. Esta es una muy buena estrategia, y los internautas la valoran más que la publicidad digital, a la que suelen ignorar.

Otra buena estrategia es el “fast fashion”, es decir, renovar las colecciones lo más rápidamente posible y crear en el consumidor una necesidad inmediata, ya que si no compra un producto hoy es posible que no esté disponible al día siguiente. La moda rápida, impulsada por Zara, se ha convertido además en una  parte esencial de la experiencia del cliente en la industria de la moda, completamente integrada en el comportamiento de compra de los consumidores. Este aspecto implica diferentes retos para las marcas: agilidad en logística, rapidez en la interacción con los clientes, y ante todo generación de tráfico.