Durante la última década, las llamadas pruebas A / B se han convertido en un secreto a voces para el desarrollo web. Usando esta forma de testeo las nuevas ideas pueden focalizarse en una muestra en tiempo real mediante experimentos aleatorios con dos variables.
En el campo del diseño web, especialmente al diseñar experiencias de usuario, un test A/B identifica los cambios que logran maximizar un determinado resultado. Como el propio término indica, se comparan dos versiones (A y B), que son idénticas, salvo por una variación que puede afectar al comportamiento del usuario.
Un artículo publicado en la prestigiosa revista Wired titulado ‘The A/B Test: Inside the Technology That’s Changing the Rules of Business’ hace referencia a cómo, a través de un test multivariable A/B, una fracción de los usuarios puede ser desviada a una versión ligeramente diferente de una determinada página web y su comportamiento en comparación con la masa de los usuarios de un sitio web estándar.
Si una nueva versión web demuestra que se ganan más clics, más visitas, más compras, se desplazará el original; en cambio, si la nueva versión es inferior, se acaba eliminando sin que la mayoría de usuarios pueda verlo.
El test A / B permite a responder a preguntas aparentemente subjetivas sobre el diseño, la selección de imágenes, el texto y un ilimitado campo de datos. La versión A puede ser la que se esté utilizando en un momento determinado, mientras que la versión B se suele modificar algún aspecto concreto (factor dependiente). Por ejemplo, en una página web ecommerce, el proceso de compra es testeado de forma A/B, dado que, ligeras mejoras marginales en la tasa de rebote (abandono de usuarios), puede implicar incrementos significativos en las ventas. Igualmente, se pueden observar mejoras cuando se modifican elementos como el texto, la disposición de los elementos, imágenes o colores.
El artículo de la revista Wired hace referencia al test A/B aplicado a la suscripción web de una campaña de Obama en las elecciones de EEUU. En esta se utiliza el test A / B con el fin de repensar los elementos básicos de la web de la campaña. El equipo de de nuevos medios ya sabía que su mayor reto era convertir a los usuarios del sitio web en suscriptores, ya que esta campaña podría eventualmente convertirlos en donantes. Su visita se iniciaría con una página con foto de color turquesa luminosa de Obama y un botón rojo brillante «Sign Up». Finalmente muy pocas personas hicieron clic en el botón. El equipo abordó el problema dividiendo la página en partes y prepararando un puñado de alternativas para cada una de las mismas.
Para un botón, realizaron una prueba A / B con tres nuevas palabras, tres nuevas opciones-: «Saber más», «Únete a nosotros», y «Suscríbete Ahora». Este test les adelantó que «Saber más» obtuvo un 18,6% más de inscripciones por visitante que la predeterminada «Sign Up». Del mismo modo, una foto en blanco y negro de la familia de Obama superaba a la imagen de color turquesa por defecto en un 13,1%. Del mismo modo, utilizando tanto la imagen de la familia como la llamada a la acción «Saber más», las inscripciones aumentaron en un 40%.
Las pruebas A / B se utilizan generalmente para considerar cómo pequeñas diferencias en una campaña de marketing pueden llegar a influir en el comportamiento del cliente. Desde el título de un boletín de noticias o un correo electrónico, el texto de un anuncio, el texto en un botón de llamada a la acción, o el diseño de una página web. La idea, al fin y al cabo, es llevar a cabo dos variaciones de una misma campaña a través de un grupo controlado de clientes para ver qué versión tiene más éxito.
Realizar este tipo de test puede conseguir que incrementes tu suscripciones, compras, registros y todo aquello que consideramos una conversión en nuestro sitio web y cobra todavía más importancia si estás invirtiendo dinero y recursos en conseguir tráfico.
Según indica Ainhoa Julián, Consultora de marketing digital, lo ideal es «trata de crear varios formularios con distinto volumen de datos a introducir por parte del usuario. A veces no es posible hacerlo, pero exige los mínimos datos imprescindibles, ya tendrás tiempo más adelante en pedir más información. Prueba otras formas de registrarse, como el registro social a través de Facebook o Twitter si crees que tu servicio o producto es adecuado para ello».