¿Llamadas en frío? Estas 3 técnicas de voz te ayudarán a cerrar más tratos

By in Experiencia de cliente

Existe una verdad ‘fría’ y dura sobre las llamadas en frío que pocos representantes de ventas quieren admitir: en realidad no importa tanto lo que se diga sino cómo se diga. Claro, puedes practicar tu guión hasta que tus labios se entumezcan, pero esas primeras palabras que salgan de tu boca son mucho menos importantes que el cómo suenan.

Tómate un momento y piensa en la última vez que recibiste una llamada de alguien que no conocías. Antes de llegar al final del primer ‘pitch’, sentiste prejuicios sobre si confías en ese interlocutor que te llamaba a puerta fría. La pregunta es, ¿escuchaste lo que tenían que decirte? De hecho, muchos estudios coinciden en que la comunicación es solo un 10% verbal.

Eso significa que cuando llamas a un cliente potencial y no pueden verte, el 90% de tu éxito potencial en frío se reduce al tono de tu voz.

Consejos ante esta situación:

Utiliza el nivel de volumen correcto para sonar con confianza y claro

Si hablas en voz baja la mayoría de tus interlocutores lo interpretarán como falta de confianza. Al instante, tu cliente potencial creerá que estás callado porque tienes miedo o estás nervioso.

Utiliza el ritmo y la cadencia para sonar inteligente, además de crear una sensación de urgencia atractiva.

Utiliza tu lenguaje corporal para generar confianza, incluso cuando estés hablando por teléfono

Nunca te sentarías en una reunión con la cabeza caída mirando al suelo y esperando obtener la venta. Sin embargo, eso es exactamente lo que muchos representantes de ventas hacen por teléfono.
El lenguaje corporal no solo se utiliza para confirmar tu perspectiva, cambia la forma en que hablas y puede aportarte más confianza y energía. Y la persona en el otro extremo de la línea lo detectará.

Escucha tus llamadas y aprende a dominar el tono de tu voz

Si crees que las llamadas en frío solo se refieren a tu presentación te estás perdiendo el 90% de lo que las personas realmente quieren escuchar. Cuando tu tono de voz no coincide con la energía de tu interlocutor, no importa lo que digas, ya has perdido a la persona al otro lado.