El éxito dependía de implementar una estrategia de contacto personalizada y de alto nivel para cada cliente. Ahí es donde surge la magia. «Si el mensaje demuestra claramente que alguien intenta venderte algo, no tendrá éxito», advierte Tomás. En cambio, empiezan con valor puro. Para un cliente que suministra comida saludable a oficinas, el mensaje contiene una oferta irresistible: «Te enviaré nuestro menú para que lo pruebes gratis».
Este enfoque centrado en el valor genera interés inmediato y posiciona a su cliente como un socio útil, no solo como un proveedor más. Los dos mensajes de seguimiento posteriores, enviados días después, sirven como recordatorios amables y educados que garantizan que la oportunidad no quede olvidada en una bandeja de entrada abarrotada.