La crisis económica ha obligado a que muchos profesionales se vuelquen en la creación de una empresa, tras darse de alta como autónomos, siendo esta opción la única alternativa para obtener un empleo. Sin embargo, aún existen muchos impedimentos para iniciar una aventura empresarial, ya que en la mayoría de los casos se pone dinero en juego y en ocasiones los proyectos fracasan por falta de experiencia y de asesoramiento.
El emprendimiento ha pasado de ser opción de valientes a una necesidad en un país mermado por la crisis. Un estudio realizado por Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha identificado 578 viveros de empresas en 2015, cuando apenas eran 45 en 2008. El estudio, dirigido por Francisco José Blanco, de la Universidad Rey Juan Carlos, asegura que “los recortes se han notado en muchas de las actividades que realizaban los viveros en 2013, y que actualmente no realizan”.
El sector privado ya acapara el 24% de las iniciativas
Los principales promotores de estos viveros en España son las administraciones autonómicas, locales, universidades y cámaras de comercio, instituciones que han visto recortados sus presupuestos. El estudio destaca la apuesta creciente del sector privado como promotor ya del 24% de viveros empresariales identificados por Funcas. Los viveros permiten a los emprendedores acceder a servicios de infraestructura, capacitación, apoyo y seguimiento de un plan de negocio durante dos o tres años. Aunque en algunos casos, la empresa que está en la incubadora puede seguir utilizando los servicios que le ofrece el vivero hasta los cinco años. De tal modo que el objetivo es lanzarlas al mundo empresarial y que puedan empezar a caminar por sí solas.